Cómo usar un Vibrador
Y Conseguir un Orgasmo Soñado

Arte por: @la.calipso
¿Piensas que sentir un placer intenso, que te desborde y deje en las nubes, no es posible para ti?
Hay alternativas, sí.
Pero, ¿un vibrador?, ¿Qué se supone que haces con eso?
¿Cómo puede, ese aparato, hacer que sientas algo tan único y trascendente, que no tengas palabras para explicarlo?
Y es que, para lograr ese orgasmo de ensueño, no basta con apretar el botón accionador de tu juguete sexual; que comience la vibración y ¡a disfrutar!
Claro que no, eso no enciende a nadie.

En este artículo encontrarás
7 Consejos Fáciles de SeguirPero antes, ten en cuenta que un vibrador puede ser una experiencia enriquecedora tanto en solitario como en pareja.
Y es que en pareja, el vibrador puede aportar diversión, emoción y novedad en la intimidad; eso ayuda a explorar nuevas formas de placer sexual.
Además, tal como con una persona de carne y hueso, la experiencia con tu vibrador depende de múltiples factores, que están lejos de ser detalles técnicos.

1. Arma tu Santuario de Placer:
Si fuera el encuentro de tus fantasías, ¿Cómo te gustaría que fuera el ambiente?
Deja que cada rincón te abrace y te diga: "Aquí puedes ser libre".
Para eso, puedes utilizar luz tenue o encender velas, poner música excitante y preparar la cama. Puedes usar mantas o sábanas que te acaricien; siente como el mundo afuera se desvanece.
Invita a todos tus sentidos; de esta forma, más intensa será tu experiencia.
Escoge algún aceite o esencia de tu agrado y extiéndelo por el lugar.
Y así, en la penumbra, con el murmullo de la música y tus sentidos transformándose: siente cómo tu cuerpo comienza a relajarse, como si despertaras de un sueño largo y pesado.
2. Comienza gradualmente:
Al comenzar, pasa el vibrador por encima de tu ropa interior; siente cómo la vibración se filtra en tu cuerpo. Deja que cada sensación te envuelva, como olas que te mecen y te elevan.
Entrégate a un juego de sensualidad; conecta con tus deseos, sentimientos y la saturación de tus sentidos. Fúndete con ellos.
En este juego, no solo se trata de sentir, si no de explorar, de descubrir y de entregarse por completo.
Déjate despertar como una flor dormida, pétalo a pétalo.
El tiempo se detiene; los sentidos se despiertan. No te apures, cierra los ojos y siente el cosquilleo que crece. Juega presionando el vibrador; el calor se expande desde tu centro hacia todo tu cuerpo.

3. El juego de la exploración:
¿Estás lista para dejar que tus sentidos te guíen hacia el placer inolvidable?
Encuentra ese ritmo que hace que tu respiración se acelere, y tus manos se aferren a las sábanas. Tu cuerpo vibra con cada toque. No te asustes, es la respuesta física al placer intenso que experimentas.
Muévete por zonas erógenas que no sean tus genitales. Siente el efecto de las vibraciones, como caricias en tu piel.
Como en un baile contigo misma, tú marcas el paso y el placer responde.
Siente cómo se eriza tu piel cuando deslizas el vibrador por tu cuello, senos, abdomen y piernas. Es como si cada centímetro de tu cuerpo despertara de un largo sueño, recordándote que todo es una zona erógena, esperando ser descubierta.
4. Descubre tus límites:
Cada intensidad y velocidad de las caricias, con y sin tu juguete, son un susurro de éxtasis.
Juega cambiando el movimiento de tu vibrador; muévelo en círculos, hacia adelante y atrás; de movimientos lentos y suaves, hasta rápidos y profundos.
Y en ese vaivén, siente como el mundo desaparece. Solo existes tú y esa ola creciente que te envuelve.
Amplía tu mapa de placer: tu cuerpo te dirá dónde y con qué intensidad se siente más ardiente.
5. Evita ir directo al clítoris:
Siente texturas que acarician tu piel, sabores que deleitan tu paladar y aromas que despiertan tu pasión. Desafía tus sentidos con calma, y llévate a un mundo de placer imparable; dosifica.
Frena las ganas de ir "directo al grano", ya que el clítoris es altamente sensible. Puede que sientas más placer cuando lo estimulas de forma indirecta.
Disfruta como cada pequeño toque se convierte en un cosquilleo, que sube lento por tus muslos.
Deja que cada célula de tu cuerpo se llene de electricidad dulce y apasionante. Acércate lento a tu clítoris, es normal que la sensación te parezca intensa.
Poco a poco, prueba poniendo el vibrador directamente; deja que la vibración se vuelva un latido constante que te envuelve.
Experimenta como tu respiración se hace más profunda, más rápida, y que una corriente de calor intenso empieza a recorrerte desde dentro hacia afuera.
Sólo probando vas a descubrir lo que llena todo tu ser.
6. Controla tu experiencia:
La anticipación, emoción intensa y conexión con tu cuerpo es sólo el preámbulo del éxtasis. Es tu cuerpo respondiendo al contacto nuevo, a esa vibración que te enseña a escucharte; a regalarte tiempo y cariño.
Descubre lo que sientes al prolongarlos. Sigue jugando con tu vibrador.
Si te gusta, disfrútalo. El tiempo parece detenerse y todo lo que existe es el presente.
No aceleres el orgasmo: cada momento, es una promesa de más deseo. Éste llegará en el tiempo justo; temblarás, reirás y llorarás de felicidad, tal como en tus sueños.

7. Consigue tu orgasmo soñado:
Cuando el placer envuelva todo tu cuerpo y sientas que te transportas a otro mundo, juega con la vibración en tu zona más ardiente.
Disfruta de ese placer exquisito y de la felicidad extrema.
Una erupción de sensaciones te hace temblar, como si una ola gigante te levantara y te llevara lejos, muy lejos, a un lugar donde solo existen la felicidad y el éxtasis.
Puedes sentirte abrumada y perder, temporalmente, la conciencia de tu entorno.
Es como flotar en las nubes; tu corazón late fuerte y tienes una sonrisa que no puedes controlar.
Todo es perfecto.
Sumérgete en las sensaciones. Las hormonas repartidas por tu cuerpo, aumentan tu sensación de bienestar. Suspéndete en ese estado de pura felicidad.
Ese placer intenso, ese desborde que crees que no existe para ti, está ahí, esperando que lo descubras.
No es cuestión de suerte, ni de algo raro o especial. Es cuestión de darte permiso, de conectar con tu cuerpo sin miedo, y dejar que cada vibración te lleve un poquito más allá; hasta que un día te sorprendas a ti misma, flotando en esas nubes que siempre soñaste.
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