Azotar puede resultar placentero, porque existe una relación entre las vías cerebrales del dolor y las del orgasmo.
Para comprobarlo: La cara que pones cuando te das un golpe ¿acaso no se parece bastante a la del orgasmo?
Uno o varios azotes bien dados pueden aumentar la circulación sanguínea e intensificar el placer y la acción de nuestros sentidos.
Claro que esto depende de cada persona.
Debes experimentar para saber si tú y tu pareja disfrutan de esta práctica.
- Puedes hacerlo con la mano, también con algunos instrumentos como látigos y fustas.
- Por seguridad, establezcan una palabra clave. La persona que está recibiendo la usará si sobrepasas los límites.
- Comienza despacio, observa a tu pareja y ve aumentando la intensidad de a poco.
- No puedes golpear en cualquier lugar del cuerpo. Debes conocer las zonas seguras, intermedias y críticas.
Zonas Seguras
Zonas Intermedias
Zonas Críticas
Zonas íntimas, el cuello, mentón, rodillas y tobillos, o las axilas.
Son peligrosas, no las golpees.
Establecer límites bien definidos les permitirá relajarse y entregarse al placer.
Atrévanse a vivir nuevas experiencias.
No olvides que en la variedad está el gusto.
Agrega otras sensaciones a tu encuentro aquí.
Si quieres conocer más acerca de estas prácticas consulta la guía básica BDSM.